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Los patriarcas de Israel (Ge 12-50) Algunas tribus habían conservado diversas tradiciones sobre sus orígenes. Los autores sagrados las recogen y las retocan para llenar el tiempo de la pre-historia del pueblo. Casi todo el libro del Génesis narra la historia de los patriarcas, los antepasados del pueblo, a quienes los israelitas llaman “nuestros padres” (abot, abotenu). La Biblia tipifica las generaciones patriarcales en la “familia patriarcal” de Abraham, su hijo Isaac y su nieto Jacob (=Israel), pero Isaac no tiene gran relieve y parece servir solamente de eslabón entre Abraham y Jacob. En compensación, en los últimos capítulos de Ge encontramos una historia extensa sobre uno de los hijos de Jacob, José. Los patriarcas representan las generaciones más remotas de la tradición de Israel, las raíces del pueblo. Su historia está impregnada de los temas de la promesa y de la bendición, que ya habían aparecido en la historia de Noé (Ge 9) y de Adán (Ge 3,15). La saga deAbraham El ciclo de Abram/Abraham, que comienza en Gén 11, 27 y termina en Gén 25, 10, trata de una de las figuras más relevantes en la historia de las religiones, pues se le considera el padre de las tres grandes religiones monoteístas: la judía, la cristiana y la musulmana. El judaísmo, a través de la descendencia de su hijo Isaac, de su nieto Jacob, tb. llamado Israel, y de sus bisnietos, los doce hijos de Jacob/Israel, que son los patriarcas epónimos de las doce tribus de Israel, considera a Abraham literalmente su padre (Cf. Is 41,8 donde Dios dice que Israel es “semilla (zéra‘) de Abraham, mi amigo (’ohªbî). Los cristianos, que en origen son una rama del judaísmo, también emplean la expresión de “nuestro padre Abraham”, pero, aunque durante siglos y siglos se ha mantenido con exclusividad la pretensión de que el cristianismo es el verdadero Israel, no se insite tanto en la cuestión genética por razones de universalismo. Los musulmanes también parecen considerarse descendientes de Abraham (’Ibrâhim), pero a través de su hijo Ismael (’Ismâ‘il), o por lo menos hay noticias de tribus árabes musulmanas que en sus genealogías se remontaban por esta vía hasta Adán y Eva. Ahora bien, lo que sí es creencia común es tener a Abraham por el primer monoteísta, el primer musulmán y el fundador del santuario de la Kaaba (’al-ka‘abah) en la Meca (makkah), por lo que es considerado “padre” de todos los musulmanes. También le dan a Abraham el título de “el amigo de Dios” (halîl -’al.lah). Los aspectos más significativos que veremos sobre este personaje son os siguientes: • Nacimiento de Abrán: Ge11,26-32 • Vocación de Abraham: 12,1-11 • Alianza y promesas: 15,1-21 • Peregrinaciones de Abraham: 12,10-14,24;20,1-18 • Los hijos de Abraham: Ismael: 16,1-16. Isaac:17,15-18,15; 21,1-21. • La mayor prueba de fe: el sacrificio de Isaac La figura de Abraham fuera de la Biblia En la literatura rabínica el personaje de Abraham y del resto de personajes secundarios realcionados con él, aparecen ampliamente desarrollados: el rey de Ur, Nimrod, hijo de Kus y nieto de Cam (Gn 10,6-12), bajo cuyo reinado nació Abraham, se había declarado Dios; sus astrólogos le advirtieron que los astros anunciaban el nacimiento de ser prodigioso que acabaría con sus pretensiones; Nimrod decretó una persecución contra todos los varones judíos recién nacidos. Teraj, padre de Abraham y funcionario real, intenta ocultar su nacimiento y lo esconde en una cueva. Allí crece oculto del rey y llega, mediante la observación de los astros al descubrimiento del Dios verdadero. Se enfrenta a Nimrod, y es arrojado por éste a un horno ardiente, de donde se salva milagrosamente. Otro tema desarrollado e interpretado allí es el del cambio de nombres de Abrán y Saray: Ber 13a: Abram es lo mismo que Abraham. Al principio era conocido sólo como “padre de Aram” [Ab-Aram] pero al final se convirtió en el padre de un gran pueblo (Ab Raham). Lo mismo ocurre con Sarai: al principio era una princesa para su propio pueblo (mi princesa), luego lo fue para todo el mundo: Sarah. En Midrash Rabbah - Genesis XLVII:1, se relaciona el cambio de nombres con los valores numéricos de sus letras. Y dice que Abraham fue engrandecido por medio de su mujer; La Y de Saray vale 10; Dios le cambió la Y por H (que vale 5) y dió otra H (+5) a Abram.