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Alejandro Bullón - Fe y tribulaciones - PREDICACIONES CRISTIANAS 2017 No importa cuán terribles aparezcan ser las condiciones del mundo hoy, cualesquiera sean las tormentas personales,… este gozo puede ser nuestro ahora. Después de enseñar a la multitud, Jesús y Sus discípulos zarparon hacia la costa oriental del mar de Galilea; era noche, y el Salvador descansaba cómodamente cerca de la popa, dormido sobre un cabezal. Al rato “se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca”. Aterrados, los discípulos lo despertaron: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?”1. Su respuesta, tranquila como de costumbre, fue: “¿Por qué teméis, hombres de poca fe?”2. “Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”3. Él, que había creado la tierra, de nuevo estaba en control de los elementos4. Maravillados, Sus discípulos preguntaron: “¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”5. Vivimos en tiempos turbulentos; una gran tormenta de iniquidad se cierne sobre la tierra; los vientos de maldad rugen a nuestro alrededor; las olas de guerra golpean contra nuestra barca. Como Pedro escribió a Timoteo: “…en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos… que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”6. Es cierto que nos rodean nubes peligrosas, pero así como las palabras del Salvador infundieron paz a los apóstoles en la barca, hoy día nos dan paz: “Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin”7. “…Si estáis preparados, no temeréis”8. Jehová dijo a Elías el profeta: “Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová”. Elías obedeció, y tras una tormenta de viento, terremotos y fuego, por fin recibió la visita de “un silbo apacible y delicado”. A Elías, que se había escondido en una cueva, el Señor preguntó: “¿Qué haces aquí, Elías?” Elías respondió: “…porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida”. Pero el Señor tenía una obra importante para Elías, por tanto, le dijo “Ve, vuélvete por tu camino”9. De modo que Elías fue. Nosotros, también, debemos salir de nuestras cuevas seguras ya que tenemos una obra importante que realizar. A través del silbo dulce y apacible de Su Espíritu, el Señor nos protegerá, nos ayudará y nos guiará. Recordemos que Él enseñó al hermano de Jared a construir barcos para que su familia viajase protegida por el vasto océano, para protegerlos del viento y las olas, y para llevarlos a la tierra prometida.