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Manoli Ramírez de Arellano 1983 “UNA ORACIÓN ROCIERA” -Sevillanas- (Feliciano Pérez) I Una oración rociera por quien me enseñó el Rocío -Ave María- A ponerme los zajones, a apretarme bien la faja y a colocarme el sombrero y a coger el camino recto porque el Rocío es el cielo. Con él fue el primer camino, el primer trago de vino, noche de estrella y romero; tamboriles por los pinos, cantares por los senderos. Él señaló el horizonte y entre pinares y montes una blanca ermita asoma y yo le di el primer viva, ¡viva la Blanca Paloma! II Una oración rociera por quien me enseñó el Rocío -Ave María- Quien de niño me contaba que quiso Dios la encontrara un cazador en una encina, con su nombre me cantaba la nana que me dormía. Y quien me enseñó la salve, a pedir con fe y rezarle, que con fe todo se alcanza; Dios te salve, Reina y Madre, Madre de mis esperanzas. Yo chiquillo no entendía, pero en la reja veía como aquel hombre lloraba; ¿cómo no llorarte ahora cuando te miro a la cara? III Una oración rociera y un recuerdo en el camino -Ave María- Él que me subió a sus hombros pa’ que la viera de lejos, que era chico y no podía, y el que cuando fui más grande bajo el paso me metía. “Agarrao” a los varales, hombro con hombro conmigo fuimos dos hombres iguales; fuimos como dos amigos que llevan la misma sangre. Me dio su sangre y su vida y todo lo que ahora es mío, me dio lo que más quería: a la Virgen del Rocío que es mi fe y es mi alegría. IV Una oración rociera pa’ que lo tenga en el cielo -Ave María- Después de tantos caminos, de tantos años de arena se hizo viejo el peregrino, y ya no pudo siquiera venir andando al Rocío. Un consejo antes de irse, él me lo dijo llorando y yo se lo he “prometío”: -quiero que la quieras tanto como siempre la he "querío"-. Murió Tu nombre en sus labios y al cielo se fue a Tu lado y olvidarlo no podría. Una oración rociera, Ave María.