30m 40slongitud

Una visión implica trabajo. No es posible construir un ministerio o una carrera profesional sin sacrificio, así que todos estamos llamados a esforzarnos. La comodidad y la debilidad no son los estados ideales para alguien que desea alcanzar metas en su vida. En la iglesia trabajamos arduamente para bendecir a las personas, porque tenemos muy clara nuestra visión. Si Jesús se sacrificó, algo de sacrificio debemos hacer nosotros, comenzando por un cambio de actitud y de pensamiento. En la Palabra leemos que Moisés le pidió a Faraón permiso para que el pueblo de Israel fuera durante tres días al desierto a ofrecer sacrificios a Jehová . Imagina a un pueblo de esclavos dando ofrenda cuando su deseo era pedir libertad y provisión. Seguramente se preguntaron qué podemos dar nosotros si no tenemos nada, porque tantos años de esclavitud provocaron que pensaran como siervos, no como conquistadores. Así que esa acción de llevarlos a ofrecer sacrificio a Dios era una estrategia para cambiarles la mentalidad y que comenzaran a visualizarse como conquistadores con la visión de avanzar hacia la tierra que Dios les prometía. Lo mismo debemos hacer ahora, cambiar nuestra perspectiva de demandantes a ofertantes, ya que lo último que debemos inspirar es lástima al andar pidiendo en vez de ofrecer algo. Tu país ya no inspirará lástima sino que será admirado y servirá de ejemplo de superación para las naciones. Para que te den un trabajo no lo pidas, sino ofrece tu esfuerzo y capacidad como una ventaja que beneficia a quien pudiera contratarte. Los comerciantes ofrecen sus productos, hablan sobre sus ventajas, no andan pidiendo que les compren. Los solteros deberían hacer un listado de lo que desean encontrar en una pareja para ver si ofrecen eso mismo que buscan, ya que debes pedir lo que puedes brindar. Demandando, pidiendo no saldrás adelante con tu visión, ofreciendo, sí. El pensamiento de ofertante se necesita para ser un conquistador que alcanza su visión.