8m 50slongitud

La cantidad de tiempo que se dedica a la oración es una elección personal. Los que se inician en al practica puede optar por hacerlo durante cinco o diez minutos cada vez. Lo más importante es tratar de convertir la oración en una rutina, en lo posible, matutina y vespertina. Mantener la práctica es un desafío constante, que sin embargo, permite cosechar muchos beneficios. Con frecuencia, quienes enfrentan obstáculos oran de manera mucho más concentrada y con un tiempo mas largo para lograr percibir su situación con mayor claridad.Pero ninguna oración quedará sin respuesta. La entonación del daimoku se compara con el acto de cargar una batería, de modo que, cuanto más energía esta tiene, más puede dispensar. No obstante, es importante recordar que la práctica no es algo mágico. Nos brinda esperanza, fortaleza y energía, de modo que podamos llevar a cabo la acción correcta para resolver nuestros problemas. Muchas personas oran naturalmente por otras personas que están sufriendo. Lo que sea que uno desee se convertirá en un aspecto natural de la vida de uno. Pues a través de nuestro pensamiento, oración y acción lo atraeremos a nuestra vida como si fuéramos un imán. A través de hacer gongyo, uno en realidad pule su propia vida. Lo que cambia nuestras vidas no son los formalismos sino la fe basada en la sincera invocación de daimoku acompañada de la recitación del sutra. Los beneficios de llevar a cabo la práctica del gongyo provienen de lo correcto de la fe de cada uno.