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VISITA NUESTRA PAGINA EN FACEBOOK: http://www.facebook.com/mensajesdedios El dios de la música El mundo actual está seriamente inclinado hacia el entretenimiento. Hoy en día son más reconocidos, admirados y remunerados quienes se dedican a entretener que quienes se dedican, por ejemplo, a educar o a sanar. Actores, deportistas y músicos se cuentan entre los hombres y mujeres mejor pagados de nuestro tiempo. El dominio de los músicos. También es un hecho de que la música mueve al mundo de hoy. Es clarísima la influencia de los músicos, que pueden pronunciarse mediante la música sobre cualquier cosa que deseen. Y así lo hacen, atiborrando los oídos de la gente de sensualidad, con canciones llenas de sexo ilícito, promoción de las drogas, de la rebeldía, de celos, adulterio, violencia y muerte. Nunca como ahora los músicos tienen para sí una plataforma desde la que pueden opinar aún desde la ignorancia sobre cualquier asunto, y no son pocos los que siguen sus disoluciones. Y así, se vuelven soberbios, autosuficientes, llegan a sentirse dioses. Hoy en día hay cada vez más conciertos cristianos... y cada vez menos enseñanza de las Escrituras. Simplemente compare el número de conciertos y actividades musicales emanadas de la iglesia con el número de seminarios dedicados a la Palabra. La diferencia es abismal. Aún se ha dado el caso de que reconocidos evangelistas están usando un extenso programa musical de hasta dos horas en sus campañas, luego del cual predican apenas unos quince minutos. Y peor aún, los músicos cristianos están diluyendo el mensaje de la cruz de Cristo, que es ofensivo al mundo, con tal de agradar al mundo. Cada vez se canta menos de Jesús o hasta se omite su nombre, cada vez menos del pecado, del arrepentimiento, de la sangre de Cristo. Algunas canciones supuestamente cristianas llegan a ser tan superficiales que podrían parecer simples canciones de amor entre un hombre y una mujer o, aún peor, entre homosexuales. Y ahí los tenemos en la radio, en la televisión, en el internet, músicos cristianos hablando sin la menor idea sobre ecumenismo, sobre política, sobre la situación social de tal o cual nación, aún adjudicándose por su propia cuenta el título de voceros de la iglesia cristiana latinoamericana y olvidando su papel como ministros del Evangelio, de Cristo. ¿Qué estás cantando?Como en los días de Noé, los músicos están cada vez más entregados a la industria del entretenimiento, a darle placer a sus propios sentidos y a los de sus seguidores, a la sensualidad, en lugar de usar la música para lo que fue creada, esto es para darle gloria a Dios, para estar y para conducir a los creyentes a Su presencia. Es claro: Satanás, el ángel musical por excelencia, ha logrado hechizar a la iglesia. Ha logrado que la música se use como un fin en sí mismo, por lo que muchos se están dedicando a ella en lugar de dedicarse al Señor. Se ha perdido de vista que la música es apenas un medio a través del cual se llega al fin que, en el caso del creyente, es adorar a Dios en total rendición. Es una vergüenza: el cristianismo de hoy parece girar alrededor de conciertos, en torno a cantantes que simplemente endulzan el oído de sus seguidores con letras "positivas", y van por el mundo invitando a la gente a ¡divertirse! ¡Y muchos van en pos de ellos, haciendo fiesta alrededor de esos becerros de oro que se han fabricado! ¿Por qué ha ocurrido todo esto? Simple: porque ya lo anunció el Señor, porque nuestros días son como los días de Noé. ¿Ministrando? Qué pena es ver que muchos de los que se dicen músicos cristianos estén tratando, precisamente, de conquistar las naciones, pero no para Cristo, sino para sí mismos, para sus empresas, para hacer seguidores suyos. Estos, que conquistan para sí la gloria que a Dios le corresponde y aún se deleitan en que el mundo los premie, aún serán derribados por el suelo si no proceden al arrepentimiento. Concluimos pues que en los tiempos de Noé la música llenaba la vida de la gente, usada ésta para el gusto y el esparcimiento, para los deleites temporales de la carne y el pecado, en medio de una generación absolutamente alejada de Dios. Y que nuestros días son como aquellos: hoy la música mueve al mundo, tanto fuera como dentro de la iglesia, donde tristemente ha desplazado aún a la predicación del Evangelio. El espíritu musical del ángel caído no sólo controla al mundo, sino que también ha invadido ya claramente a la iglesia. Pero, queridos hermanos, siendo esto un signo inequívoco del cumplimiento de las palabras de Jesús sobre los tiempos finales, cobremos ánimo en que, precisamente por ello, ¡el regreso de Jesús está a la puerta! Apenas un poco más y el que ha de venir... vendrá.