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Ver más conversaciones aquí http://www.holylanguage.com/espanol.html “Abínu”. El Padre Nuestro en su raíz Judía. Antes de analizar el Padre Nuestro verso a verso, fundamentados en la enseñanza de nuestro director, Izzy Avraham, les comparto un pensamiento de Risto Santala, un renombrado autor finlandés, cuya visión también se enmarca en este asunto de ir a la fuente: "La fe cristiana nació en suelo judío, y únicamente mediante el descubrimiento de estas "raíces" hereditarias de nuestra fe, podremos entender el evangelio bajo la luz correcta". "En los tiempos de Jesús” nos dice, “las oraciones siempre se tenían que ofrecer en el plural. Esto se aplicaba también al individuo cuando oraba a solas, y supuestamente es la razón por la que Jesús nos enseñó a decir: "Danos". Danos hoy el pan nuestro de cada día. El que pedía se identificaba con las necesidades de la congregación y de la nación. La oración no debía ser meramente un intérprete de uno mismo... La literatura rabínica, agrega Risto Santala, distingue entre las frases "Padre nuestro" y "Padre mío"". "En ese tiempo, toda oración debía contener 7 peticiones. Por otra parte debía tener una estructura tripartita. La oración siempre empezaba con alabanza y adoración a Dios, la Sheváj. A esto se agregaban las peticiones propias del individuo, la Tefiláh, y la oración concluía con el ofrecimiento de gratitud, la acción de gracias, la hódayah... Sheváj 1. Padre nuestro que estás en los cielos. Santificado sea tu nombre. 2. Venga tu reino. 3. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Tefiláh 4. Danos hoy el pan nuestro de cada día. 5. Y perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. 6. Y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Hódayah 7. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás". (Risto Santala: “Apóstol Pablo, el Hombre y el Maestro a la luz de los Escritos Rabínicos”. "El Mesías en el Nuevo Testamento a la luz de los escritos rabínicos"). Recuerden que todo lo que les estoy compartiendo está en forma escrita, debajo del video y ahí pueden revisar estos datos y la bibliografía con mayor detenimiento. Profundicemos ahora en el estudio de la oración modelo según la enseñanza de nuestro director, Izzy Avraham. "Padre nuestro que estás en los cielos” es como comienza (Mateo6:9). Hablamos de un Padre. El Dios judeocristiano no es un ser distante. Él es Padre, Dios es amor. Y es Padre mío, pero de mis hermanos también. Esto habla del sentido de comunidad, de cuerpo, de familia. Ese Padre, además, habita en los cielos. El término cielos en hebreo existe sólo en forma plural, “ha shamáim”. Nada en la Biblia está dicho al azar. La tradición en el judaísmo habla de hasta 7 cielos o 7 estratos en el cielo. La Palabra detalla al menos 3 niveles. El cielo natural, el que vemos a simple vista. Un segundo cielo, donde estarían las huestes espirituales de las que el apóstol Pablo habla en Efesios 6. Y el tercer cielo, la habitación misma de Dios. A este lugar, según el apóstol Pablo, alguien que él conocía (quizá él mismo) fue arrebatado (2 Corintios 12:2). Dios está en todo el universo, Él habita los cielos y los cielos de los cielos. “Santificado sea tu nombre" (Mateo 6:9). Es nuestra responsabilidad, la de quienes creemos, que Su nombre sea santificado. Su nombre, Iáué, es a tal punto sagrado para la cultura judía, que los escribas del Antiguo Testamento en ocasiones lo sustituyeron por uno de sus títulos: “Adonai”, mi Señor. Y también se conoce a Dios por: “HaShém”, o Él Nombre. Vivamos de manera que honremos a ese sagrado nombre. Así, las demás personas, los que no creen, considerarán ese nombre bendito, apartado, santo. Hagamos conocido al Señor por quién Él es, verdaderamente. Pero si nuestro testimonio es malo, su nombre será maldecido, no santificado. La iglesia ha sido responsable en estos 20 siglos de lo uno y lo otro. La misma responsabilidad le cupo a Israel a partir del Éxodo. Y si fuéramos más atrás en el tiempo, llegaríamos a Set y sus padres, Adán y Eva, pasando por Jacob, Isaac, Abraham, y Noé, entre otros. Guárdanos, Señor. Es fácil juzgar la conducta errónea que Israel o la iglesia tuvo en la historia, pero cuidado, porque nosotros hoy podemos tener esas mismas conductas erróneas, u otras. Ya que no somos perfectos, lo que más importa es que la balanza en la vida de cada uno de nosotros sus hijos, se incline hacia el cumplimiento del anhelo en labios de Jesús: "SANTIFICADO sea tu nombre". Descarga un PDF con el texto completo aquí http://www.holylanguage.com/espanol.html