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¿ Alguna vez alguien te ha difamado? ¿Alguien ha hablado a tus espaldas en tu ausencia? O ¿Tú has difamado a alguien, murmurado o has dado oído a los chismes? Incluso hay personas cristianas que aseveran que han incurrido en estas prácticas por el “bien” de las personas de las que han hablado a sus espaldas, o que lo hacen motivados por un justo “celo” por el avance de la obra de Dios, pero al hacer ello en realidad no sirven a Dios sino al enemigo, y están motivados por su propia ira y resentimientos. En este estudio basado en uno de los sermones normativos de Juan Wesley, veremos como el Señor Jesucristo en Mateo 18.15-17 nos muestra cómo hemos de resolver conflictos y como hemos de confrontar apropiadamente a quienes consideramos están errando el camino, pero en ninguno de ellos está la opción de la difamación, los chismes y prestar oído a ellos. Veremos que la única excepción a la regla, es cuando tengamos conocimiento de que alguien va a ser dañado o lo está siendo (como en el caso de algún niño/a, mujer, hombre u algún ser vivo) en este caso si es nuestro deber actuar de inmediato para procurar que no se dañe a nadie. En la introducción hacemos algunas lecturas de pasajes de la Epístola de Santiago. Las Escrituras nos advierten acerca del mal uso de la comunicación, es decir de “la lengua” y como debemos disciplinarla. Estamos a tan sólo cuatro estudios más para concluir con esta Serie de Estudios basados en los Sermones normativos de Juan Wesley.