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Fuera de la Iglesia Católica, la bilocación es conocida en el Budismo esotérico como Dzogchen. Idries Shah y Robert Graves mencionan casos en los cuales altos cleros tibetanos "aparecieron, al igual que algunos de los santos, en diferentes lugares al mismo tiempo". El Dzogchen es practicado regularmente por los monjes de la escuela del budismo tibetano llamada Vajrayana, o "Vehículo de diamante". Según la tradición Vajrayana, Dzogchen es la transferencia de la conciencia de lo mundano a un mundo post-existencial de manera lúcida. Esta meditación se realiza con la intención de alcanzar un estado superior de conciencia y romper el ciclo de las transmigraciones. En el marco del budismo, sati representa la conciencia de los pensamientos, acciones y motivaciones de uno mismo. También puede traducirse como claridad de mente. El sati juega un papel central en las enseñanzas de Gautama Buda, donde se afirma que la conciencia correcta o adecuada (en pali: sammā-sati, en sánscrito samyak-smriti, ‘completo recuerdo’) es un factor esencial en el camino de la iluminación (bodhi) y la liberación (moksha). La iluminación (bodhi) es un estado del ser en el que la codicia, el odio y el engaño (Pali: moha) han sido superado, estando ausente en la mente. La atención plena acerca la conciencia de la realidad de las cosas (sobre todo en el momento presente) y es un antídoto contra el engaño y la ilusión (maya) y se considera como un "poder" (Pali: bala) cuando se combina con la clara comprensión de lo que está ocurriendo. El Buda abogó por establecer la atención plena (satipatthana) en la medida de lo posible en el propio día a día. Una conciencia tranquila de las propias funciones corporales, sensaciones (sentimientos), los objetos de la conciencia (pensamientos y percepciones), y la conciencia misma. La práctica de la atención es compatible con el análisis que resulta en el surgimiento de la sabiduría (Pali: paññā; sánscrito: prajñā). La estabilidad meditativa combinada con el discernimiento liberador fue una enseñanza innovadora de Buda. El Shinto es la construcción que hicieron los japoneses allá por Heian, influenciados por las corrientes políticas y de pensamiento del continente, el la búsqueda de una identidad propia (obsesión muy japonesa, por cierto). En origen era el respeto a las entidades de la naturaleza de forma animística, hasta que fue convertido en una forma de justificar el origen mítico del linaje imperial, así como una forma de "acercar" las creencias populares a la idea de "estado" venida de China/Corea. Textos escritos en japonés no hay hasta el 712 D.C., y lo que había de antes era pura tradición oral. De antes de esa época se puede elucubrar y se puede estudiar en los textos chinos y en los restos arqueológicos, pero tradiciones antes del siglo VIII D.C. ... se puede teorizar y se puede elucubrar, pero no sería nada muy en firme. Con el afán de encontrar espacios comunes que puedan redundar en políticas coordinadas entre países para potenciar el área de los conocimientos milenarios, surgió la Red Internacional de Pueblos Indígenas de Montaña. Esta organización agrupa a 100 pueblos indígenas y agricultores tradicionales de 25 comunidades en 10 países, entre los que se encuentran los Monpas y Uraps de Bután; los Naxi y Zhuang de China; los Kumaon, Lepcha, Limbooy Sartang de la India; los Batken, Kochkor, y Kopro-Bazar de Kyrgyzstan; las comunidades quechuas del Parque de la Papa del Perú, entre otros. Esta red pretende articular un conjunto de iniciativas con el fin de mitigar los efectos negativos del cambio climático y presionar ante los gobiernos para un mayor reconocimiento de su única sabiduría. De acuerdo a las expectativas de los campesinos, “el desarrollo de estas iniciativas permitirá que sus comunidades tengan acceso a nuevas variedades de semillas más resistentes a plagas y sequías; los ayudará a aumentar su diversidad de cultivos y reducirá su dependencia de las grandes corporaciones poseedoras de semillas”.