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Hay muchas oraciones que se difunden por el mundo y se hacen famosas, que se envían entre amigos y más conocidos. Pero sólo hay una oración que es la clave para nuestra salvación, la que Jesucristo enseñó. Debemos tener muy claro que Jesús es el camino, y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí, dijo Jesús mismo para advertirnos que sólo Él es el camino y que sus verdades nos llevarían al Reino Celestial. Otras verdades, dadas por los hombres no nos llevarán de regreso al reino que tanto buscamos, sino que nos confundirán y por lo tanto, nos llevarán por caminos que no son de Dios sino del Príncipe de las mentiras, por eso, hay que tener cuidado de cómo tomamos las verdades que Jesús nos enseñó. La oración que Jesús nos enseño COMO MODELO, para que en base a ella nosotros pudiéramos abrir nuestro corazón para hacerle nuestras peticiones, para agradecerle, es la clave para acercarnos a Dios. Las oraciones hermosas hechas por los hombres se quedan allí, en ORACIONES DE HOMBRES, pero la oración de Jesús es la del Dios que nos vendrá a salvar. Esa oración, fue hecha por Él hacia Su Padre Celestial, indicándonos el camino, como el mismo dijo Y SOY EL CAMINO ... Si repetimos la oración de Jesús, quedará en eso, en oración hermosa de Jesús, PERO NUESTRA ORACIÓN QUEDARÁ TODAVÍA MUDA Y ESPERANDO. La oración sirve para acercarnos más a Dios y hacerle nuestras propias peticiones. Que podamos orar al Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo, con nuestra propia oración, y siguiendo el modelo que enseñó Jesús.