A sesenta años de su asesinato, Jorge Eliécer Gaitán continúa representando reivindicaciones políticas y sociales para el pueblo Colombiano. De extracción popular, condición que su piel morena de pronto hacía ver más evidente, Jorge Eliécer Gaitán fue el genuino caudillo que arrastra multitudes, no sólo por sus planteamientos sino por esa especie de atracción que sólo tienen los predestinados. Su carisma le permitió en los momentos cumbres de su carrera política, hacer temblar al gobierno de extracción coservadora que se había hecho cargo de la conducción del país en 1946, como consecuencia de la división del mayoritario partido Liberal. l 7 de febrero de 1948, 31 días antes de su asesinato, Gaitán convocó a miles de seguidores en la Bogotana Plaza de Bolívar, donde pronunció lo que se conoce como Oración por la Paz, ante un auditorio silencioso que portaba y agitaba banderas negras en señal de duelo por las muertes que ya había comenzado a cobrar una violencia incipiente. Fue entonces que dijo su célebre frase: “yo no soy un hombre, soy un pueblo”, y agregó dirigiéndose al Jefe del Estado: “Señor Presidente, aquí no se oyen aplausos; sólo se ven banderas negras (...) que se han traído para recordar a nuestros hombres villanamente asesinados”. Una muerte que marca a una nación. Ese mismo pueblo que él decía ser, fue quien sin nadie que lo dirigiera o controlara, cobró venganza por su muerte por mano propia el 9 de abril, y luego de linchar a José Roa Sierra, el autor material del crimen, protagonizó por varios días lo que pasó a llamarse “El Bogotazo”, la mayor demostración de desenfreno civil que se recuerde en Colombia. Jorge Eliécer Gaitán no fue radical en sus creencias, y se mostró siempre respetuoso de sus contrarios, pese a que éstos eran numerosos, y entre los que se contaban el Partido Conservador, los liberales ortodoxos y el Partido Comunista, que lo consideraba competencia: “Yo admiro y respeto al hombre que se muere de amor por sus ideas, aunque sus ideas sean las menos dignas de amor”, dijo alguna vez.
