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La verdadera vid se llama Jesucristo, porque la vid se refiere a la base del árbol, de una planta que produce vino. Usted tiene que tomar la decisión de a dónde se va a conectar. Si te conecta a una religión no estás conectado con la vid verdadera, no hay otra manera de conectarse a la vid verdadera que no sea Jesús. Su conexión no puede ser a una doctrina o una norma, debe ser a uno que tiene vida y vida en abundancia: Jesús. Mi compromiso no es levantar a una organización sino levantar a Jesús. La Iglesia debe colocar primero a Jesús y no a una doctrina o religión, los líderes no deben levantar una gran organización sin Jesús. Es posible levantar mensajes atractivos muy bien planteados pero sin Jesús. Se han levantado grandes iglesias donde Jesús no es relevante; son cristianos, tienen Biblias, tienen templo, pero no tienen a Jesús y oran ha Él pero lo han dejado de lado. Ven a Jesús como un objeto necesario, ¿cómo es posible que han rechazado a Jesús?, lo han puesto en un lugar oscuro, escondido y han logrado aislarlo. No lo han puesto como el único que da vida. Juan 15:5: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Busque, conozca y ame a Jesús, Él es suficiente para arreglar tu corazón y tu vida. Él es la vid verdadera, entonces ¿cómo crecer?, permaneciendo en Jesús. No es cerca de Jesús, sino estar conectado a su voluntad, conocer sus deseos y anhelos. Usted puede ser un buen religioso evangélico pero no cristiano, discípulo de Jesús. Los evangélicos no hablan de Jesús, ellos se creen los buenos siempre y ven a los demás inferiores. Qué triste es cuando llegaste a Jesús, aprendiste doctrina y después te quedaste seco y sin vida porque te separaste de Jesús, como la flor que se separó de su raíz. Nunca Jesús dijo que nos mandaría al infierno, Él vino a darnos vida y vida en abundancia. Él que cree en Jesús será salvo, no hay obstáculo para la salvación. El separarse de Jesús ha hecho que surjan grandes obstáculos entre Él y las personas. Debe haber un cambio en las iglesias. Juan 15:1: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.” Yo soy la vid verdadera; y mi padre es el labrador. Jesús no necesita otro labrador que no sea el Padre, Él es el único que puede cortar y regar a cada pámpano, es decir el Padre que es el labrador. El pámpano debe permanecer en Jesús y la vid reconoce que no puede haber separación entre en pámpano y la vid. Si el pámpano se separa de la vid, ni el pámpano, ni la vid producen frutos. Lo que hay es muerte y desolación, es peligroso es separarse de Jesús por un dogma o por una religión. Juan 15:4: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.” Jesús está diciendo “Permaneced en mí y yo en ustedes. Esa es la razón por la cual hay tantos creyentes que no han logrado un avance del Reino de Dios y mucho menos a gente permaneciendo a los pies de Jesús. No importa cuántas piedras le tiren al árbol que da frutos; el árbol que da fruto siempre atraerá gente. No importa su aspecto si ese es el árbol que Dios usa para bendecirte. No permita que Satanás venga a decirle que no sirves o no la puedes hacer, porque eres un pámpano que da frutos. Tal vez, este año no será tan perfecto como quieras, tal vez seguirás batallando con tus debilidades, pero te aseguro que esas debilidades nos serán un obstáculo para que conozcas a Jesús. Al final de este año tendrás frutos, Jesús no te señalará por tus debilidades sino que te felicitará por sus frutos.