La Tabla de Esmeralda es un texto breve, de carácter críptico, atribuido al mítico Hermes Trismegisto, cuyo propósito es revelar el secreto de la Gran Obra, es decir el como elevar al ser humano a un estado superior de existencia, en una situación privilegiada frente al Universo para convertirlo en un Dios terrenal o Semidios con el control absoluto de la materia y la energia. Dicho mensaje es expresado de modo simbólico, su sola lectura no revela su significado. El acceso a la Gran Obra requiere trascender nuestra limitación racional, de ahí que todo alquimista conlleve una transmutación personal paralela que le permita acceder al lenguaje del Símbolo. El Todo, el Uno, tan sólo se expresa simbólicamente, y es necesario el aprendizaje en la hermeneútica del Símbolo. De no ser así, su sola simplicidad generará incredulidad. La Razón aguarda complejidad ante lo complejo, mientras el Uno, el Ouroboros, se descubre ante la simplicidad de otra lectura, de otro lenguaje. En definitiva, la expresión críptica de la Tabla no es intencional, sino que requiere de la persona adecuada, capacitada para la Gran Obra. Por otra parte, no se tiene constancia de nadie que hasta la fecha haya podido descifrar correctamente la Tabla Esmeralda, aunque si se habla de que Fulcanelli un poderosisimo alquimista del siglo XX possiblemente lo hubiera logrado. De todas formas, si la leyenda no miente se dice que aquel que la descifre tendra el poder absoluto, que dominara a su antojo toda materia y energia que le rodea, hasta limites que por el momento su mente no puede ni imaginar.
