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Queridos hermanos: Bienvenidos a la celebración de este cuarto Domingo de Pascua. Hoy Jesús se nos presenta como el Buen Pastor que vive, está con nosotros y nos conoce, nos cuida y alimenta con su Cuerpo y Sangre. Y hoy, la Iglesia dedica este domingo a la oración por las vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa o a cualquier otra forma de vivir en la Iglesia el compromiso al que cada uno estamos llamados por nuestro Bautismo. Pidamos al Señor que en esta Eucaristía sepamos escuchar su llamada para vivir la alegría de su Resurrección.