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El día en que cambie el sexo por el Amor Nuestra Sociedad y la Iglesia como parte de esa sociedad tiene una visión distorsionada del sexo: Ese concepto errado es: Sexo es malo en nuestro mundo caído. Cuando estaba repartiendo las tarjetas de invitación para mi matrimonio en el año 1972, me acerque a uno de los ancianos de la Iglesia donde yo era pastor y al recibir él la tarjeta, la leyó delante de mi y con un gesto de desagrado en su rostro, me dijo: " Lastima pastor, te llevas la fornicación para tu casa. Vas a perder la unción". Me quede estupefacto al oír eso. Luego me enteré que este anciano creía que el sexo aún en el matrimonio era pecado. Su esposa más tarde me dijo que él dormía en cuarto separado para no tener sexo, pero dos veces por semana le tocaba la puerta del cuarto a ella, para luego de tener relaciones sexuales con su esposa, irse a llorar a su cuarto y pedirle perdón a Dios por su caída. Necesitamos como Iglesia recuperar la visión bíblica del sexo y eso requiere pensar teológicamente. Pensar teológicamente al respecto requiere de nosotros examinar por lo menos cuatro elementos vitales: