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Santiago 5:16: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” La tragedia de muchos ministros, iglesias e individuos es que bajaron el nivel y el tiempo de oración con el que empezaron. Cuando no tenían nada oraban largas horas para que el cielo se abriera y trajera los recursos. Llegamos a pensar que tenemos oraciones acumuladas que se encargarán de nuestro futuro. Una pequeña carga la podemos llevar en un vehículo pequeño, sin embargo para una gran carga se requiere un camión, no podemos usar el mismo motor. Creo que muchos hemos cometido un grave error que puede ocasionar tragedias espirituales. No puedes usar hoy los pantalones que usaste a los cinco años. ¿Cómo pensar que podemos sostener el peso de lo que tenemos ahora con la misma oración que hacíamos al principio o en muchos casos con menos? Son esas las causas de los problemas que se presentan y no tenemos explicación. De acuerdo al peso de la visión se requiere un peso mayor de oración. La tendencia natural es llegar a pensar erróneamente que no necesitas orar porque creciste espiritualmente, pero hay un tiempo en que las iglesias deben orar más y mejor; más tiempo y con más fe, para sostener el peso de la gloria, la influencia, el crecimiento y multiplicación que vienen. Este movimiento de Jesús, El Evangelio Cambia y Visión Reino corren sobre las ruedas de la oración. Si quitamos la oración tendremos todas las estrategias, pero será mecánico y sin vida. A veces no nos damos cuenta que esto creció pero lo que lo sostiene no creció y ese es el peligro más grande que le puede suceder a lo que Dios ha profetizado.