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Jueces 4:4 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot. Débora, cuyo nombre significa "abeja", fue una profetiza y juez de Israel. Dios la guió toda su vida y depositó en ella cualidades de líder. Gobernaba quiere decir aquí desempeñar una función pública destacada, que incluía el dictaminar a petición de la gente. También desempeñó un indefinido papel en la guerra contra los cananeos. La Biblia registra a varias mujeres que ejercieron posiciones de liderazgo nacional, y Débora fue una mujer excepcional. Obviamente ella era la persona mejor para el puesto, y Dios la escogió a ella para guiar a Israel. Dios puede elegir a cualquiera para guiar a su pueblo, joven o anciano, hombre o mujer. No permita que sus prejuicios sean un obstáculo para los que Dios haya elegido para guiarlo. Jueces 4:5 y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Los líderes consagrados dirigen por inspiración. Débora convenció a sus seguidores que fueran más allá de su propia visión. El líder que inspira a otros constituye modelo de integridad y valor. Les da a sus seguidores autonomía, y no sólo los trata como individuos, sino que alienta su iniciativa individual. No hay mejor forma de desarrollar liderato que el darle a una persona una labor y permitirle realizarla. Esto fue lo que hizo Débora con el joven Barac. Ella le designó la tarea de reclutar un ejército para derrotar a Sísara; no temió convertirse en un ejemplo de valor y heroísmo al ofrecerse como cebo para la emboscada.