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En Dios, todo tiene su tiempo. Cuando estás enfocado en la obra de Dios, tienes la seguridad de que tu milagro llegará. Mateo 6:25-26: "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?" Dios tiene cuidado de ti, es un padre responsable con sus hijos. Si cuida a su creación, cuánto más a sus hijos. Una vez que le presentas a Dios tu petición, le cierras la brecha al afán, la acción de gracias es símbolo de tu confianza en Dios. Filipenses 4:6: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" Dios conoce cada paso que das, no camines por tus propios medios, deja que Él dirija tus pasos. El afán nunca te acercará a tu milagro y te hará tomar decisiones incorrectas. Lo que debes hacer es caminar con diligencia, hacia tu milagro. La esperanza te da confianza. El afán es fácil descubrirse: comienzas a entrar en desesperación y te dejas guiar por lo que tus ojos ven, no por lo que Dios ha dicho. Marcos 5:36: "Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente." Jairo al ver que Jesús se tardaba para sanar a su hija, entró en desesperación, pero Jesús lo enfocó y le dijo: "cree, solamente". No permitas que tu fe se apague a causa de lo que tus ojos ven. Quien empieza a caminar en afán, pierde la fe y comienza una inquietud interna y le lleva a extremos emocionales. La mejor medicina para el insomnio es la fe y eso da paso al gozo. La fe es un sentimiento superior que te hace estable ante las circunstancias. Estás firme en la roca inconmovible de los siglos: Jesucristo. No decidas bajo la presión del afán, será una decisión directo al desastre. Cuando estás afanoso por alcanzar lo que quieres, violas el tiempo de Dios para imponer el tuyo. El afán te hace olvidar lo que Dios ha dicho, de esa manera conseguirás lo que no proviene de Él, solo terminarás alejándote de su propósito. Recuerda, el Reino tiene lo que necesitas. Detrás de la carnada del afán, hay una carnada que quiere pescarte y llevarte por el camino equivocado. No caigas en las provocaciones de Satanás y por el camino fácil y ancho.