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1 Corintios 9:2-3: “Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. Contra los que me acusan, esta es mi defensa” El espíritu de religión es un demonio y tiene la capacidad de matar, porque viene de Satanás quien destruye, pero Jesús vino a dar vida en abundancia. Las personas que entraron a la cárcel de la religión, solo cambiaron de celda y no de condición interna, porque si en el mundo estaban en el oprobio del pecado, ahora están en el oprobio de la religión. El Apóstol Pablo recibió fuertes ataques de sistemas religiosos, esto da a entender que los actores cambian, pero no este sistema. Pablo era grande en su llamado, pero los demás se veían inferiores ante él y trataban de degradarlo. Dios da igualdad de ministerios, pero la diferencia está en cómo desarrollas ese talento. Debes ejercitarlo, usándolo porque al que se le dio más, se le dará más y quien no tiene, se le quitará para dárselo a quien tiene más. No debes quejarte por lo que tienes hoy, desarróllalo para que crezca. No envidies a tu hermano. 2 Corintios 1:24: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes” Los que tienen un llamado ministerial, no se deben gloriar de la iglesia, sino que deben ser propiciadores de su gozo. Un verdadero hombre de Dios es de bien para la iglesia, manteniendo su fe estable, sin manipulaciones. Los predicadores tienen la concepción es que si predican mensajes hirientes, Dios habló, pero según la Palabra, el Espíritu Santo es quien rearguye. El único que puede cambiar el corazón de una persona es Jesús, no hay otro. 2 Corintios 4:5 “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús” Una persona que se predica a sí misma es arrogante y altanero, necesita promoverse por sí misma. Pero ten claro que no te predicas a ti mismo, sino el Evangelio de Jesús. Quien se mide consigo mismo, jamás crece, tienes que medirte con otro más alto: Jesús. Nadie es más grande que Jesús. Con Él, serás grande espiritualmente y vencerás todo obstáculo. 2 Corintios 11:4: “Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis” En las iglesias no se puede predicar otro Evangelio y otro Jesús, sino lo escrito en la Biblia. Quien no predica a Jesús, no es genuino y verdadero. La iglesia no puede seguir engañada por el sistema religioso. 2 Corintios 11:13-15: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” Estos predicadores destruyen la autoestima espiritual del creyente y están sacando a las personas de las iglesias, solo lo hacen para elevar su ego. Son hombres que se disfrazan superiores, sin debilidades para hacer sentir inferiores a los demás y que es imposible avanzar. No puedes dejarte manipular. Pero los pastores verdaderos propiciadores del gozo y cooperadores de la obra restauradora del Espíritu Santo. Para reconocer a estos hombres y mujeres, ve a sus frutos y obras, porque con a través de ellas sabrás quienes son.