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Eterno escucha mi voz cuando a tí clamo, porque solo tu eres mi ayuda y refugio- Mi Dós en quien confiaré. Tú eres siempre el mismo, Señor 102:1 Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante el Señor. Lamentación de un afligido 102:2 Señor, escucha mi oración y llegue a ti mi clamor; 102:3 no me ocultes tu rostro en el momento del peligro; inclina hacia mí tu oído, respóndeme pronto, cuando te invoco. 102:4 Porque mis días se disipan como el humo, y mis huesos arden como brasas; 102:5 mi corazón se seca, marchitado como la hierba, ¡y hasta me olvido de comer mi pan! 102:6 Los huesos se me pegan a la piel, por la violencia de mis gemidos. 102:7 Me parezco a una lechuza del desierto, soy como un búho entre las ruinas; 102:8 estoy desvelado, y me lamento como un pájaro solitario en el tejado; 102:9 mis enemigos me insultan sin cesar, y enfurecidos, me cubren de imprecaciones. 102:10 Yo como ceniza en vez de pan y mezclo mi bebida con lágrimas, 102:11 a causa de tu indignación y tu furor, porque me alzaste en alto y me arrojaste. 102:12 Mis días son como sombras que se agrandan, y me voy secando como la hierba. 102:13 Pero tú, Señor, reinas para siempre, y tu Nombre permanece eternamente. Confianza en la restauración de Jerusalén 102:14 Tú te levantarás, te compadecerás de Sión, porque ya es hora de tenerle piedad, ya ha llegado el momento señalado: 102:15 tus servidores sienten amor por esas piedras y se compadecen de esas ruinas. 102:16 Las naciones temerán tu Nombre, Señor, y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria: 102:17 cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso en medio de ella; 102:18 cuando acepte la oración del desvalido y no desprecie su plegaria. El futuro glorioso de Israel 102:19 Quede esto escrito para el tiempo futuro y un pueblo renovado alabe al Señor: 102:20 porque él se inclinó desde su alto Santuario y miró a la tierra desde el cielo, 102:21 para escuchar el lamento de los cautivos y librar a los condenados a muerte. 102:29 Los hijos de tus servidores tendrán una morada y su descendencia estará segura ante ti, 102:22 para proclamar en Sión el nombre del Señor y su alabanza en Jerusalén, 102:23 cuando se reúnan los pueblos y los reinos, y sirvan todos juntos al Señor. Reiteración y fundamentación de la súplica 102:24 Mis fuerzas se debilitaron por el camino y se abreviaron mis días; 102:25 pero yo digo: "Dios mío, no me lleves en la mitad de mi vida, tú que permaneces para siempre". 102:26 En tiempos remotos, fundaste la tierra, y el cielo es obra de tus manos; 102:27 ellos se acaban, y tú permaneces: se desgastan lo mismo que la ropa, los cambias como a un vestido, y ellos pasan. 102:28 Tú, en cambio, eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin. Hebreos 1, 10-12 102:29 Los hijos de tus siervos tendrán una morada, y sus descendientes estarán siempre en tu presencia. Abba si te tengo a tí, lo tengo todo.