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5º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO/CICLO A 5 DE FEBRERO DE 2017 DAR SABOR A LA VIDA Una de las tareas más urgentes de la Iglesia de hoy y de siempre es conseguir que la fe llegue a los hombres como “buena noticia”. La evangelización no es exclusivamente llevar la doctrina de Jesucristo a aquellos que todavía no la conocen o la conocen de manera insuficiente, preocupándonos de asegurar la enseñanza religiosa y la propagación de la fe frente a otras ideologías y corrientes de opinión. En este caso se busca que estemos bien formados, que conozcamos perfectamente el mensaje cristiano y lo transmitamos de manera correcta. Por supuesto que la evangelización implica anunciar el mensaje de Jesucristo, pero esto no es lo único ni lo más decisivo. Evangelizar no es sólo anunciar verbalmente una doctrina, sino además, y muy importante, hacer presente en la vida de las gentes la fuerza humanizadora, liberadora y salvadora que se encierra en el acontecimiento y la persona de Jesucristo, actuando como testigos vivientes del evangelio. Se necesitan creyentes que den testimonio con su vida que el evangelio, cuando es acogido con convicción y de manera responsable, encierra una fuerza humanizadora y salvadora. Las palabras de Jesús llamándonos a ser “sal de la tierra” y “luz del mundo” nos obligan a los creyentes a ser “buena noticia” para la gente de hoy, a poner en la actual sociedad algo que dé sabor a la vida, algo que purifique, sane y libere de la descomposición espiritual y del egoísmo brutal e insolidario en que vivimos. LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA DEL 5º DOMINGO TIEMPO ORDINARIO/A 1ª LECTURA Lectura del libro del profeta Isaías 58,7-10 Esto dice el Señor: - Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, enseguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor y te responderá. Gritarás y te dirá: «Aquí estoy». Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. Palabra de Dios. COMENTARIO A LA 1ª LECTURA El profeta levanta la voz para proclamar que los ayunos y los sacrificios que el pueblo hace no son los que Dios quiere. El Señor Dios quiere de su pueblo que parta el pan con el hambriento, que destierre la opresión y abra el camino a la justicia de Dios. Será entonces cuando será agradable a Dios el culto que se le ofrece. Sal 111, 4-5. 6-7. 8a y 9 R. El justo brilla en las tinieblas como una luz. • En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. R: • El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. R: • Su corazón está seguro, sin temor, reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. R. 2ª LECTURA