4m 36slongitud

Santo Tomás de Aquino Nace en el Castillo de Rocaseca, cerca de Nápoles, Italia, en el año 1225. Es el último hijo varón de una numerosa familia de doce hijos. Cerca del Castillo donde nació estaba el famoso convento de los monjes Benedictinos llamado Monte Casino. Allí lo llevaron a hacer sus primeros años de estudios. Lo que lee o estudia lo aprende de memoria con una facilidad asombrosa. Continúa sus estudios por cinco años en la Universidad de Nápoles. Le entusiasma la Comunidad de los padres Dominicos. Quiere entrar de religioso pero su familia se opone. El religioso huye hacia Alemania, pero por el camino lo sorprenden sus hermanos que viajan y con militares lo ponen preso. No logran quitarle el hábito de dominico, pero lo encierran en una prisión del castillo de Rocaseca. Tomás aprovecha su encierro de dos años en la prisión para aprenderse de memoria muchísimas frases de la Santa Biblia y para estudiar muy a fondo el mejor tratado de Teología que había en ese tiempo, y que después él explicará muy bien en la Universidad. Sus hermanos al ver que por más que le ruegan y lo amenazan no logran quitarle la idea de seguir de religioso, le envían a una mujer de mala vida para que lo haga pecar. Tomás toma en sus manos un tronco encendido y amenazándola con quemarle el rostro, logró vencer la tentación de la impureza. Liberado ya de la prisión lo enviaron a Colonia, Alemania, a estudiar con el más sabio Padre Dominico de ese tiempo: San Alberto Magno. A los 27 años, en 1252, ya es profesor de la famosísima Universidad de París. En 1259 el Sumo Pontífice lo llama a Italia y es encargado de dirigir el colegio Pontificio de Roma para jóvenes que se preparan para puestos de importancia especial. Pocos meses antes de morir tuvo una visión acerca de lo sobrenatural y celestial, y desde entonces dejó de escribir. El Hermano Reginaldo le pregunto porque ya no escribía más, y exclamó: "Es que, comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he escrito es muy poca cosa". Tan importantes son sus escritos que en el Concilio de Trento (en la reunión de los obispos del mundo), los tres libros de consulta que había sobre la mesa principal eran: la Sagrada Biblia, los Decretos de los Papas, y la Suma Teológica de Santo Tomás. Su lema en el trato era aquel mandato de Jesús: "Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros". El Sumo Pontífice lo envió al Concilio de Lyon, pero por el camino se sintió mal y fue recibido en el monasterio de los monjes cistercienses de Fosanova. Cuando le llevaron por última vez la Sagrada Comunión exclamó: "Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo obediente". Murió el 7 de marzo de 1274 a la edad de 49 años. Fue declarado santo en 1323 apenas 50 años después de muerto. Y sus restos fueron llevados solemnemente a la Catedral de Tolouse un 28 de enero. Por eso se celebra en este día su fiesta. Santo Tomas de Aquino se considera Patrón de las universidades y centros de estudios católicos. ORACIÓN A SANTO TOMÁS DE AQUINO Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de ángeles y con maravilloso orden las colocaste sobre el cielo empíreo, y distribuiste las partes del universo con suma elegancia. Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia. Tú, qué haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición. Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar y gracia copiosa para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar, amén.