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http://fmradioluz.com/guillermocarey.html En Radio Luz a las Naciones presenta: Biografías de grandes cristianos – Orlando Boyer – Historia de la Iglesia “Fue un industrial. Un economista. Un médico humanitario. Un pionero de los medios. Un educador. Un reformador moral. Un botánico. Y un misionero cristiano. E hizo más por la transformación del subcontinente Indio en el siglo XIX que cualquier otro antes o después”. Siendo niño, Guillermo Carey sentía una verdadera pasión por el estudio de la naturaleza. Su dormitorio estaba lleno de colecciones disecadas de insectos, flores, pájaros, huevos, nidos, etc. Cierto día, al intentar alcanzar un nido de pájaro, cayó de un árbol alto. Cuando trató de subir por la segunda vez, cayó nuevamente. Insistió por tercera vez en su intento, pero cayó quebrándose una pierna. Algunas semanas después, antes de que su pierna estuviese completamente sana, Guillermo entró en su casa con el nido en la mano. "¡¿Subiste al árbol nuevamente?!" exclamó su madre. "No pude evitarlo. Tenía que poseer el nido, mamá", respondió el chiquillo. Se dice que Guillermo Carey, fundador de las misiones actuales, no estaba dotado de una inteligencia superior ni poseía tampoco ningún don que deslumbrase a los hombres. Sin embargo, fue esa característica de persistir, con espíritu indómito e inconquistable, hasta llevar a término todo cuanto iniciaba, el secreto del maravilloso éxito de su vida. Cuando Dios lo llamaba para que iniciara alguna tarea, él permanecía firme, día tras día, mes tras mes, y año tras año hasta acabarla. Dejó que el Señor se sirviera de su vida, no solamente para evangelizar durante un período de cuarenta y un años en el extranjero, sino también para realizar la hazaña, por increíble que parezca, de traducir las Sagradas Escrituras a más de treinta lenguas. El abuelo y el padre del pequeño Guillermo eran, respectivamente, profesor y sacristán de la parroquia. De esa manera el hijo aprendió lo poco que el padre podía enseñarle. Pero no satisfecho con eso, Guillermo continuó sus estudios sin maestro. A los doce años adquirió un ejemplar del Vocabulario latino, que Guillermo se aprendió de memoria. A los catorce años se inició en el oficio como aprendiz de zapatero. En la tienda encontró algunos libros, de los cuales se aprovechó para estudiar. De esa manera inició el estudio del griego. Fue en ese tiempo que llegó a reconocer que era un pecador perdido, y comenzó a examinar cuidadosamente las Escrituras. Poco después de su conversión, a los 18 años de edad, predicó su primer sermón. Al verificar que el bautismo por inmersión es bíblico y apostólico, dejó la denominación a que pertenecía. Tomaba prestado libros para estudiar, y a pesar de vivir pobremente, adquirió algunos libros usados. Uno de sus métodos para aumentar el conocimiento de otras lenguas, consistía en leer diariamente la Biblia en latín, en griego y en hebreo. A los veinte años de edad se casó. Sin embargo, los miembros de la iglesia donde predicaba eran pobres y Carey tuvo que continuar con su oficio de zapatero para ganar el pan cotidiano. El hecho de que su patrón, exhibiese en la tienda un par de zapatos fabricados por Guillermo, como muestra, era una buena prueba de la habilidad del muchacho. Fue durante el tiempo que enseñaba geografía que Carey leyó el libro titulado Los viajes del Capitán Cook, y Dios le habló a su alma acerca del estado abyecto de los paganos que vivían sin el evangelio. En su taller de zapatero fijó en la pared un mapamundi de gran tamaño, que él mismo había diseñado cuidadosamente. En ese mapa incluyó toda la información pertinente disponible; el número exacto de la población, la flora y la fauna, las características de los indígenas de todos los países. Mientras reparaba los zapatos, levantaba los ojos de vez en cuando para mirar su mapa y meditaba sobre las condiciones de los distintos pueblos y la manera de evangelizarlos. Fue así como sintió más y más el llamado de Dios para que preparase la Biblia para los millones de hindúes, en su propia lengua.