El Santo Cura de Ars nos habla sobre la Eucaristía: el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo en las especies del Pan y del Vino consagrados. Nuestro Dios y Señor Jesucristo encontró la forma de subir al Cielo, sin dejar la tierra y así estar cerca de sus amadísimos hijos y hermanos, los seguidores fieles de su evangelio y miembros de su Santa y Divina Iglesia. Se nos dice acerca de las disposiciones necesarias para recibir dignamente a Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía, lo que debemos hacer y evitar. El que come su Cuerpo y bebe su Sangre tendrá vida eterna. Pero el infeliz que se burla, rechaza a recibirlo en la Eucaristía o que lo recibe indignamente, no tendrá vida eterna y será arrojado al lago de fuego, donde es el llanto y rechinar de dientes; será castigado duramente como aquel invitado a la boda del Rey que acudió con ropas sucias y rotas, descrito en el evangelio.
