Todo Pecador que no hace todo lo posible para salir del pecado y que aún así quiere orar al cielo para no sentirse abandonado en las garras de Satanás, debe elegir muy bien sus oraciones para que no caer en la impiedad y que su oración no sea aborrecible a los ojos del Señor, como el Santo Cura de Ars lo dice en este sermón. El pecador que cae en este tipo de rebeldía abierta hacia Dios, al no querer dejar las acciones pecaminosas que tanto ofenden a Dios, debe orar a la Santa Madre de nuestro Señor Jesucristo, refugio de pecadores, para pedirle su ayuda y acogerse diariamente a la misericordia infinita de nuestro Señor Jesucristo; la Santísima Virgen, con su intercesión, puede lograr la gracia de la conversión del pecador y evitar su condenación eterna al tener como defensora a tan benévola Madre, Madre de la Misericordia; el pecador, al encomendarse cada día a la misericordia infinita debe pedirle perdón a Dios por todos sus pecados e implorar su ayuda para salir de ellos. De otra forma, si acalla su conciencia, no pide ayuda al Cielo y sigue pecando hasta que le llegue la muerte repentina, tendrá un espantoso despertar en los abismos infernales. Cada día, miles y miles descienden al infierno porque no encomiendan su alma a Dios, no lo conocen o no creen en su existencia...Triste destino que debemos evitar.
