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U’netané Toquef / ונתנה תוקף y la historia del rabino mártir Amnón Este texto milenario de la literatura judía fue revelado al rabino Amnón de Mainz, quien era el principal erudito de su generación. Los nobles y los funcionarios de la ciudad trataron repetidas veces de convencerle de que se convirtiese al cristianismo, pero él se rehusaba a escucharles. Lo molestaban constantemente en sus intentos para que aceptase y el gobernante ejercía la mayor presión. Exasperado por su acoso constante, y en un intento para escapar de sus repetidas solicitudes, les dijo: “Me gustaría deliberar sobre el asunto por tres días,” aunque no tenía intención de hacerlo y se los había dicho únicamente para calmarlos. Cuando salió del palacio, rabino Amnón se dio cuenta que su declaración podría ser malinterpretada, implicando que el podría considerar la posibilidad de convertirse al ídolo de los cristianos - ¡como si hubiese una posibilidad de que él llegase a negar al Dios vivo, al Dios de Yisrael! Volvió a su hogar perturbado y se rehusó a comer o a beber. Los que estaban cerca suyo trataron de apaciguarlo pero él se rehusaba a ser consolado, diciendo que iría a su tumba de duelo. Al tercer día, con su corazón ansioso y oprimido, fue llamado por el gobernante. Se rehusó a ir, por lo que el gobernante envió una delegación más prestigiosa para llevar al sabio venerable a su palacio. Cuando se rehusó de nuevo a acompañarlos, el gobernante ordenó que el rabino Amnón fuese traído por la fuerza. Cuando rabino Amnón fue traído ante el gobernante, éste se dirigió a él y le preguntó: “¿Por qué no viniste cuando lo habías prometido, al terminar tus deliberaciones?” Rabino Amnón replicó: “¡Yo debo juzgarme a mí mismo! Cortad la lengua que ha hablado equivocadamente y ha mentido,” ya que él quería santificar el Nombre del Eterno por haber hablado de forma inapropiada. El gobernante le respondió: “¡No! No te cortaré tu lengua, porque habla bien. ¡En vez de eso, los pies que no te trajeron ante mí deberán ser amputados y tus otras extremidades deberán ser castigadas también!" El tirano ordenó que cada uno de los dedos de los pies y las manos de rabino Amnón fuese amputado por separado. Cada vez que uno era amputado, preguntaba: “¡Amnón! ¿Estás dispuesto a convertirte y aceptar a Cristo?” Y cada vez, Amnón se rehusaba. Cuando terminaron su tortura, el gobernante mandó a rabino Amnón a su casa con sus extremidades amputadas a su lado. Verdaderamente razón había de porque se le había llamado Amnón [de la raíz hebrea que connota fidelidad], ya que tenía gran fe en el Dios de Yisrael y sufrió las torturas más severas debido a esa fe. Poco tiempo después, cuando Rosh Hashaná llegó, rabino Amnón pidió ser llevado a la sinagoga y colocado cerca del jazán. Cuando el jazán llegó a la sección de Kedushá de Musaf, rabino Amnón dijo: “Espera un poco y santificaré Su gran Nombre.” Luego de recitar la estrofa Y he aquí que la santidad pueda ascender a Ti, rabino Amnón empezó a recitar U’netané Toquef - el piyut que habla del juicio de Dios en relación con las acciones malvadas del ser humano y la aceptación humana de la Justicia Divina. A la conclusión del piyut, rabino Amnón expiró y partió de este mundo - llevado por el Eterno. Y se dice de él (Tehillim 31:20): Cuán grande es el bien que Tú has ocultado para aquellos que Te temen. Tres días después de que el alma pura de rabino Amnón había sido llamada a la presencia del Eterno Dios de Yisrael, él se le apareció en una visión de la noche a rabino Kalonimus ben Meshulam y le enseñó las palabras del himno que había cantado en la sinagoga, U'netané Toquef, y le dijo que enviase las palabras a todas las comunidades judía del planeta para que sirviese como testimonio y recordatorio. Así lo hizo, y es este mismo piyut el que sigue siendo una parte que provoca e inspira reverencia en la liturgia para este día. Adaptado de “jabad . com”