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El odio y el rencor pueden impedir que familias enteras se levanten. No pierdas el tiempo en odios y rencores, preocúpate por el avance del Reino de Dios. La vida son recuerdos, buenos y malos, concéntrate en los buenos y deja atrás los malos. No pienses en aquello que pasó, exalta lo bueno que Dios ha hecho. Aquellos que no se desasen de lo negativo, no disfrutan lo bueno y se vuelven egoístas, al pensar que los demás deben amargarse. El Evangelio es práctico, no son normas o dogmas. Durante su ministerio Jesús fue práctico, imita esa forma de vida. ¿Qué haces recordando los malos momentos si tienes tantos buenos recuerdos?. "Toda buena dádiva y don perfecto desciende lo alto", no te quejes de los momentos negativos que has vivido, porque no vinieron de Dios, en su lugar, dale prioridad a los buenos y da gracias por ellos. Mateo 5:2-3 "Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" La primera bienaventuranza que Jesús enseña es la de "ser pobre en espíritu", este punto ha sido destacado de manera negativa, pero si así lo fuera, Jesús no lo habría enseñado. La pobreza es la condición de un sistema y el pobre es el individuo. La pobreza no puede ser usada para manipular al pobre (individuo), Dios quiere que la condición del individuo cambie. El pobre no es el resultado de la pobreza, no se le puede decir a alguien humilde, pobre. Los valores y principios son los que le dan valor al individuo, no sus pertenencias o recursos económicos. En la Biblia, la palabra "pobre" se aplica a una necesidad espiritual, y no física. Aquel que tiene una carencia espiritual y no lo reconoce es miserable; sin embargo, aquel que sí lo hace, es pobre. En el versículo, Jesús hace referencia a que los pobres en espíritu son los merecedores y propietarios del Reino de los cielos. La palabra "bienaventurado" comprime muchos significados, uno de ellos es: "poderoso para prosperar". Según la Palabra, no es lo mismo ser un "pobre en espíritu", que un "espíritu pobre"; porque, si "pobre" va delante es sinónimo de humildad, pero si la palabra va de último se refiere a una persona altiva. Cuando reconoces tu necesidad delante de Dios ante una debilidad o circunstancia, en ese momento admites que necesitas la ayuda del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios. Dios no puede dar a alguien que no necesita. Si lo que quieres no son bienes materiales, sino ser un instrumento de Dios, eso es de gran prioridad para el cielo, eres una persona capaz de reconocer sus errores y arrepentirse delante de Dios. Isaías 57:15 "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados." A Dios le agradan las personas con un espíritu quebrantado; es decir, una persona sensible que es capaz de sentir compasión por otros. No quiere que esa persona desfallezca, por eso cuida de él y le da una vida abundante y vivifica su corazón.