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Durante cuatro días Tucumán recibió a cerca de 5.000 judíos de diferentes comunidades del país, donde el momento más importante fue la presentación del primer Sefer Torá de la Argentina, que se realizó en la noche del sábado en el Solar de la Casa Histórica y como parte de los festejos de los 200 años de la Declaración de la Independencia. Desde el jueves a la noche se comenzó a gestar en nuestra provincia lo que por idea de la Kehilá de Tucumán nació a mediados del año pasado: confeccionar el primer Pentateuco de la comunidad judía de Argentina. Más de 23 mil kilómetros recorridos a lo largo y ancho del país para escribir el libro más sagrado de los Judios. Cómo anécdota, en la zona más austral del planeta, Ushuaia fueron partícipes de este momento dos familias de la comunidad. “Puedo hacer un balance con una palabra: emoción. Nada más para describir todo lo que hizo el gobernador (Juan) Manzur en este día, muy emocionante”, aseguró hoy domingo el embajador israelí en Argentina, Ilán Sztulman, en el cierre del encuentro, que se celebró en el Club Sionista de la ciudad de Yerba Buena. En ese sentido agregó: “No hay muchos lugares en el mundo donde los judíos pueden salir a las calles (como sucedió en Tucumán) con un Sefer Tora, nuestro libro sagrado y sentirse bien de ser argentinos y judíos, para mí es un honor”. Conmovidos y agradecidos “Hoy estamos contentos, conmovidos y agradecidos porque la comunidad judía nos está dejando como legado lo más sagrado que tienen: el Sefer Torá”, indicó a su turno Manzur. “Esto tiene mucho significado y habla a las claras lo que somos. Yo también soy hijo de inmigrantes y esto habla del respeto, de la diversidad, pluralidad y convivencia. Por eso hoy estamos recibiendo una gran lección”, agregó. Luego el mandatario resaltó: “Para mi si me hubieran dicho que iban a hacer un libro con la historia o un monumento, estaba bien. Pero cuando me dijeron que la comunidad judía en el marco del Bicentenario nos iba a dejar como legado lo más sagrado que tiene, la Torá, lo único que les pedí es poder ayudar y ser parte”. “Es un halago que el señor embajador nos haya honrado con su presencia con tan poco tiempo en Argentina y nos haya premiado con este regalo para todos los tucumanos”, sostuvo Salomón Nussbaum, presidente de la Kehilá de Tucumán y uno de los artífice del encuentro. “Esto es una demostración de la apertura y buena predisposición de él (por Sztulman) como persona y el Estado de Israel”, dijo el rabino. “La población de Tucumán está viviendo un momento histórico y aprendiendo el significado de la palabra. Por primera vez cada uno de nosotros está participando de una nueva historia, que implica la unión entre todos con repercusiones en el mundo”, sentenció el cónsul israelí. Emocional, espiritual y práctico “El balance es muy positivo, desde lo emocional, espiritual y práctico. Este encuentro y la excelente recepción y buena voluntad del gobernador Manzur nos llena de buena onda”, indicó Marcelo Diego Dinitz, presidente de la Sociedad hebraica Argentina. En ese sentido adelantó que ya están en la organización de un evento de la juventud judía que se realizará el año próximo en nuestra provincia. “Lo que ocurrió aquí es que salió un sol increíble en el corazón de cada uno de los que tuvimos la posibilidad de participar en este evento único y especial”, consideró Graciela de Grynberg, conductora espiritual de la Comunidad Beit Israel. “Dentro del judaísmo lo importante es el legado y tenemos durante muchas generaciones para contarle a nuestros hijos y nietos de lo que ocurrió aquí, en un momento como es el Bicentenario de la Argentina”, resumió. A su vez, Grynberg aseguró que Tucumán es sinónimo de “pluralidad y diversidad y la unión de nuestro pueblo no solo como judío sino argentino”, manifestó. “Hay experiencias que se pueden describir y otras que son inefables porque la emoción fue muy importante como elemento central de la actividad”, cerró la Rabino. Valor importante Por su parte, el Rabino Eduardo Waingortin, quien es argentino pero hace 28 años vive en Santiago de Chile sostuvo que “se escribió un libro como se lo hace ya 3.300 años, pero este fue el primero que se redactó en todo el país escribiendo una de las letras del Pentateuco sagrado para las religiones monoteístas pero con un valor importantísimo porque son los 200 años de la patria”, señaló. Según Waingortin, “lo que se hizo aquí y el apoyo de las autoridades fue algo que renueva las esperanzas en un país de hermanos”.